MANDOLINA
Mandolina de Vicente Sanchís, Valencia, aproximadamente de 1960
BANDURRIA
Estas navidades llegó a mis manos en Cenicero (La Rioja) una bandurria del constructor Paulino Fernández, constructor de guitarras, bandurrias y seguramente más instrumentos en Logroño, Calle Marqués de San Nicolás, 171. No he podido averiguar la fecha, pero por la forma de la pala tiene que ser de principios del S.XX e incluso anterior.
La tapa está construida de abeto, el fondo y los aros de sapeli, el mástil y pala de cedro, ignoro la madera del diapasón, aunque sí se aprecia que está pintado de negro. Tenía un sistema de clavijas de madera, pero para la 1ª y 2ª cuerda se habían sustituido por clavijeros mecánicos. El barniz preexistente era y es sintético y aplicado a brocha.
Su estado era lamentable, el brazo aparecía roto en la zona de unión con la tapa:
El fondo, despegado parcialmente de la tapa , despegado por el centro y múltiples rajas, además de pérdida de madera en zonas laterales:
Por último, la tapa presentaba pérdida de madera en la zona de la boca y diapasón. Los perfiles se encontraban en varias partes despegados y poseía varias rajas.
Desde el principio y de acuerdo con el dueño del instrumento se decidió reconstruirlo manteniendo su aspecto.
En primer lugar empecé por despegar el fondo para poder trabajar en la zona interior del propio fondo y la tapa saneándolas de piezas no deseadas y grandes manchas de cola blanca.
Tras la limpieza de las manchas de cola y despegue de las piezas que se habían puesto para reforzar las zonas de las rajas, uní el fondo, pegue en los laterales trozos de madera que se habían separado y puse trozos de palosanto en las zonas más débiles. Y encolé las dos barras transversales ( la superior tuve que fabricarla, pues se había perdido)
En los aros y en la tapa se tuvieron que hacer múltiples reparaciones: poner piezas de refuerzo en las rajas, reposición de peones y encolados de otros, afianzamiento de las contrafajas, por un lado y de una barra transversal que se encontraba despegada en los extremos, elaboración de refuerzos en los aros, pues se habían perdido 3 de los 4.
La otra barra se encoló y toda la zona correspondiente al diapasón desde la cruz a la boca fue cubierta por unas piezas que sirviesen para posteriormente rellenar las zonas en las que se había perdido madera.
A continuación encolé el brazo al cuerpo de la bandurria y terminé de poner los trozos de madera que se habían perdido, tanto en la misma tapa, como en los perfiles y filetes en su unión tapa- brazo.
Por último di un leve lijado y unas pocas manos de gomalaca.
Y aquí está terminada.